El movimiento «zero waste» trata de reducir la basura que generamos lo máximo posible, esto se logra cambiando ciertos hábitos en nuestra manera de vivir, como por ejemplo, sustituyendo los productos desechables o de un solo uso por otros reutlizables, buscando opciones de productos que no estén tan empaquetados o que vengan de preferencia a granel, etc.
Se trata un poco de regresar a lo antiguo, a lo que hacían nuestras abuelitas antes de que tanta tecnología y «facilidades» llegaran a nuestras vidas. Y pongo facilidades entre comillas, por qué toda esa comodidad a venido a complicarnos muchas cosas: nuestro mundo cada vez está más contaminado y parece que no nos importa, que nos da flojera hacer cambios muy sencillos para lograr mejorar la situación.
Tal vez el término «zero waste» o cero basura, cero desperdicio, en español, intimide un poco. Es difícil imaginarnos un mundo en donde no la generemos y es verdad, tal vez el nombre está un poco exagerado. Existen pioneros en este movimiento que logran reducir su basura de un año tanto que puede caber en un frasco, pero siendo realistas, llegar a ese punto requiere tiempo y mucho esfuerzo.
Sin embargo, lo importante aquí no es si llegas o no a ese punto, lo importante es que lo intentes, y veas como poco a poco todos los desechos que generas van disminuyendo, que te sientas orgulloso del grano de arena que estás aportando, y que sepas que si sumamos esfuerzos podemos generar un cambio.
Recuerda que cada pequeña acción cuenta.