En las entradas anteriores les conté como pase de mi interés por organizar mi casa al minimalismo y luego a adoptar el movimiento «zero waste».
Ahora les quiero compartir cómo fue más o menos el proceso, y que fue lo primero que decidí hacer.
Cuando a mi se me mete algo en la cabeza es difícil que me lo saque hasta que no logro lo que me propongo. Le conté a mi esposo todo lo que tenía que ver con esto del reto de generar menos basura y se interesó. Sin su apoyo la verdad es que dudo que hubiera sido tan fácil.
Comenzamos primeramente comprando un filtro para ya no usar más agua embotellada. Después le siguieron cambios tan sencillos como llevar nuestras bolsas de tela al súper, no solo para el mandado en general, también adquirí las bolsas de red y manta para frutas, verduras y productos a granel.
En casa era costumbre usar comúnmente los desechables así que poco a poco tuvimos que irnos acostumbrando a lavar trastes 😂. Los popotes de acero era algo que ya tenía tiempo usando, la única diferencia es que ahora comencé a llevarlos a todos lados.
Hice otros pequeños cambios como dejar de tirar los papeles del baño al bote y usar el inodoro (no, no se tapa) y utilizar servilletas de tela en lugar de las de papel.
Para no gastar en botes nuevos arme un sistema para separar las cosas reciclables: adentro de la cocina tengo 2 botes pequeños, en uno va lo orgánico (todavía no hago composta) y todo lo que no se recicla y en el otro va todo lo que se pueda reciclar. Afuera, en la lavandería, tengo un bote más grande ( que era el que antes usábamos normalmente para la basura) y ahí voy separando en bolsas todo lo que luego llevo a reciclar: pet, plástico, papel, aluminio, latas.
Y así poco a poco fui creando nuevos hábitos y costumbres como tener en el auto siempre bolsas de tela por si necesito comprar algo, salir con un kit de utensilios y contenedores por si tengo que comer fuera. Sinceramente a veces se me olvida, no lo hago perfecto, pero lo intento todos los días.
Además estoy todavía en el proceso de sustituir muchos de los productos que utilizo para el cuidado personal o para limpiar la casa por otros más naturales: el bicarbonato y el vinagre blanco se han convertido en mis mejores amigos. Si no puedo hacer algo casero busco alternativas de proveedores locales que hagan cosas naturales y en envases rellenables o retornables.
Ahora tengo mi tienda de cabecera en un mercado de abastos donde suelo surtir muchísimas cosas a granel, también voy a lugares locales a comprar cosas como tortillas, pollo y huevo para evitar comprar empaquetado. También el carro del súper ah sufrido cambios: cada vez hay más productos frescos y menos empaquetados, sigue habiendo estos últimos pero poco a poco van disminuyendo.
Obviamente también mi bolsillo ah visto el cambio. Las compras ahora son más económicas. Todo esto no solo me ayuda a mi y a mi familia a estar más sanos si no que también ayudo al planeta y a nuestro bolsillo.
Si suena mucho trabajo pero es cuestión de irse acoplando y adoptar lo que se nos haga más cómodo. Recuerda que cada acción cuenta.
Es impresiónate como de sacar diariamente hasta 3 bolsas de basura grandes en casa 😭 ahora sacamos una pequeña cada 3er día. Y esto es por qué todavía no logro hacer la composta y la basura comienza a oler feo si la dejo más tiempo, a veces no se llena la bolsita.
Y todavía no termina la historia. En la siguiente entrada les contaré cómo es que surge ahora si el reto cero basura ya como un proyecto.